Haverà guerra justa?
Arrow
y la teoría de la guerra justa
El volumen "El anillo, la flecha y el
murciélago"(1) nos presenta dos historias donde el principal protagonista
es Oliver Queen, cuyo alter ego es Green Arrow. En la primera de ellas, Queen
se desplaza al país Minglia, que está en guerra. El motivo de su viaje es por
razones empresariales. Queen no reflexiona mucho sobre el conflicto,
simplemente busca el beneficio de su EMPRESA. Una noche sufre un accidente con
una mina antipersona mientras persigue a unos rebeldes. Los propios rebeldes
que Queen perseguía se encargan de él, lo llevan a su campamento y le ayudan a
recuperarse de sus heridas. Ahí es cuando Queen empieza a interesarse por la
guerra que vive el país.
Pero,
¿qué es la guerra? ¿Cómo la
definimos? Actualmente el concepto de guerra se ha estirado en demasía, incluso
da la sensación de que el concepto en sí se ha trivializado. Es fácil escuchar
expresiones como: guerra contra el terrorismo, guerra contra las drogas y otras
similares. A veces PARECE que esta terminología tiene más fines propagandísticos
que descriptivos. El filósofo inglés A.C. Grayling reflexiona así sobre el
concepto de guerra(2):
No es fácil definir la guerra, puesto que la naturaleza
del conflicto violento ha cambiado drásticamente en los últimos tiempos, de
modo que la claridad de significado que antaño poseía el término guerra para
denotar el conflicto armado entre entidades organizadas como los estados se ha
difuminado en un uso ambiguo o bien -en expresiones tales como <<guerra
contra las drogas>> o <<guerra contra el terrorismo>>- en un
abuso directamente propagandístico. Los terroristas y las guerrillas atacan a
los estados y se atacan entre sí; los países combaten a organizaciones
criminales poderosas y fuertemente armadas como los cárteles del narcotráfico
dentro de sus propias fronteras; las indulgencias pululan como un inflamado
acné en el rostro de la humanidad... Todas estas situaciones merecen
calificarse también de contiendas, conflictos o batallas; de modo que ya no
resulta tan fácil decir cuáles de ellas son guerras propiamente dichas. Quizás
deba incluirse en el término todo uso de armas de fuego o de bombas con la
intención de matar que vaya más allá de lo que la policía califica de
asesinato.
Aquí nos vamos a ceñir, más o menos, al concepto general
sobre la guerra, el que casi todos tenemos en mente de forma algo vaga. Brian
Orend lo resume así(3):
La guerra debería entenderse como un conflicto armado,
real, deliberado y generalizado entre comunidades políticas.
La definición no es perfecta. Pero bajo ella podemos clasificar
las guerras que históricamente han sido típicas, es decir, las guerras entre
estados y las guerras civiles.
La guerra, desgraciadamente, parece consustancial al ser
humano. Un vistazo a la historia sirve para VERIFICAR que el ser humano no ha parado
de hacer la guerra. Carl von Clausewitz, llegó a afirmar en su obra De la
Guerra, que la guerra es la CONTINUACIÓN de la política por otros medios.
Es sabido que la guerra es algo atroz, una vez que se
desencadena conlleva multitud de perdidas humanas y materiales. Ir a la guerra
es saber que el dolor y el sufrimiento están a la vuelta de la esquina. Pero a
pesar de esta naturaleza desoladora de la guerra podemos plantearnos ¿ir a la
guerra siempre está mal? O por el contrario ¿existen ocasiones en que la guerra
está justificada?
Cuando Green Arrow se está recuperando de sus heridas en
la base rebelde mantiene una conversación con Angelina, la monja que le está
ayudando en su RECUPERACIÓN. Angelina afirma que no cree que existan muchas
guerras justas, y que probablemente esta no sea una de ellas. Pero ¿qué es una
guerra justa? La teoría de la guerra justa pretende abordar las características
que esta debe cumplir para que pueda ser considerada como una guerra justa.
La teoría de la guerra justa se suele dividir en varias
PARTES. Algunos autores(2),(4) lo hacen en dos, otros(3), añaden una tercera
parte. La división consiste en clasificar las razones que harán que una guerra
sea justa. Las razones se clasifican según tengan que ver con el acto de INICIAR
la guerra(jus ad bellum), con cómo se lleva a término la misma(jus in bello), y
por último, con la justicia de los acuerdos y las condiciones que se
establezcan después de la guerra(jus post bellum). Para los dos primeros puntos
vamos a resumir la exposición de Heather Widdows(4), para el último resumiremos
la exposición de Orend(3).
Jus ad bellum
Aquí se incluyen las razones, intenciones, y
circunstancias bajo las que se podría iniciar una guerra y que esta pudiera ser
consideradas como una guerra justa.
-Autoridad legítima
Este principio pretende responder a la pregunta de quién
puede INICIAR una guerra de forma legitima, la verdad es que la cuestion no
tiene fácil respuesta.
La teoría de la guerra justa hunde sus raíces
principalmente en dos autores, San Agustin y Santo Tomás de Aquino. La obra del
primero influyó poderosamente en el segundo. Para estos filósofos la cuestión
de la autoridad legítima era fácil de responder. Dicha autoridad recaía sobre
los hombros de los reyes cristianos, estos no solo tenían la legitimidad
política sino también la divina, RECORDEMOS que en aquella época no existía
separación entre iglesia y estado.
La autoridad legítima es necesaria. Lo que se persigue
con ella es que si se va a ir a la guerra se haga por el beneficio de todos, no
por el interés privado de algunos pocos. En la actualidad parece que dicha
autoridad recae sobre los estados, al menos hasta antes de la creación de las
Naciones Unidas. Tras la aparición de la ONU la legitimidad de los estados para
proclamar la guerra se ha visto reducida. La Organizacion de las Naciones
Unidas garantiza el derecho de los estados a LEVANTARSE en armas en defensa
propia, pero para ir más allá, para tomar las armas en una acción que no sea la
defensa propia, para eso, se necesita una autorización del consejo de
seguridad. Debido a la configuración del consejo de seguridad de la ONU, donde
cinco de los países miembros tienen capacidad de veto, su legitimidad queda en
entredicho, pues bien puede ser que sus decisiones respondan a intereses
particulares de determinados estados más que a la seguridad y paz mundial.
Si la guerra justa debe manar de una autoridad que busque
el benéfico de todos y no intereses partículares, entonces, y asumiendo que son
los estados los que pueden ostentar esa autoridad, cabría preguntarse si
cualquier estado puede ostentar esa autoridad legítima. En principio, cabe
sospechar que los estados dictatoriales nunca pueden ser esa autoridad
legítima, pues no buscan el beneficio de todos, ni tan siquiera de todos sus
ciudadanos, sino solo de aquellos que son afines a su régimen. Por otro lado, y
siguiendo ese razonamiento, en principio los estados democráticos, es decir,
aquellos cuyas instituciones son elegidas por sus ciudadanos y TRABAJAN para
ellos, son los que en principio podrían ostentar esa autoridad legítima. No
obstante, si solo los estados pueden poseer esa autoridad, entonces pueden
darse ciertas situaciones paradójicas. Por ejemplo, imaginemos que un estado
dictatorial viola sistemáticamente los derechos humanos con determinada parte
de su población. Se producen persecuciones políticas y purgas étnicas, la
injusticia es tal que determinada parte de la población se levanta en armas
contra el estado, su propio estado. Dado que esa población no es una estado ni
forma parte de la ONU, entonces no sería una autoridad legítima para iniciar
una guerra, civil en este caso, ¿debería esperar la población a que algún
estado exterior, en un acto de bondad decidiera intervenir para revertir al
situación? ¿Acaso no vemos a ese segmento de la población como poseedores de
esa autoridad legítima para alzarse en armas e iniciar así una guerra?
Tanto si asumimos que son los estados los que ostentan
esa autoridad legítima, como si lo hacemos con entidades supranacionales como
la ONU, o cualquier otra opción, es obvio y evidente que para que una guerra
sea justa debe cumplir otros requisitos igualmente indispensables.
-Causa justa
Este principio se refiere a la causa de la guerra. La
guerra puede estar provocada por diversas causas, la menos problemática de
todas ellas, desde el punto de vista de la teoría de la guerra justa, es la
legítima defensa. Esta siempre se ve como una causa justa. Otras posibles
causas justas son el reparar injusticias o el evitar un sufrimiento mayor. Como
bien señala Widdows estas otras causas pueden ser controvertidas, por ejemplo,
¿cómo podemos saber que vamos a evitar un mayor sufrimiento? Esto dependerá, al
menos en PARTE, de cómo se realice la guerra(Jus in bello). Aún así, aunque se
cumplieran los principios de Jus in bello, resulta difícil comparar el
sufrimiento causado, con el ahora hipotético sufrimiento, que se habría
permitido de no ENTRAR en guerra.
Todos hemos oído hablar de los ataques preventivos,
¿acaso su finalidad no es evitar una posible guerra? ¿No caerían los ataques
preventivos dentro de ese tipo de causas justas que PRETENDEN evitar un
sufrimiento mayor? Pero si realizamos un ataque preventivo, entonces, la
supuesta amenaza nunca se materializará, y tampoco sabemos si realmente se
hubiera materializado. Resulta difícil encuadrar los ataques preventivos dentro
de la categoría de alguna de las causas justas para iniciar una guerra.
En la historia de "El anillo, la flecha y el
murciélago" Hal Jordan, el humano que pertenece al cuerpo de
"policía" galáctico de los Green Lantern, apoya al bando equivocado
porque cree que su causa es justa. Poco después y con la ayuda de Oliver Queen,
descubre que en realidad la causa que se supone que empujaba la guerra no era tan
justa como él pensaba, es decir, descubre que la guerra INICIADA por ese bando
no es justa, sino que respondía a intereses particulares del general Zho, razón
por la cual cambia de bando. El ejemplo de Jordan nos pone sobre la mesa la
dificultad de establecer si en realidad la causa de la guerra es justa o si por
el contrario estamos siendo engañados por terceros o peor aún por nosotros
mismos.
-Intención correcta
La intención de la guerra debe ser la correcta, por
ejemplo, ir a la guerra para apropiarse de un territorio, o de los recursos de
otros estados, no son, ni pueden ser la "intención correcta" para ir
a la guerra.
El asunto puede complicárse aun más. Rara es la ocasión
en la que una guerra se INICIA con una única intención. Para la teoría de la
guerra justa esto no es un problema, siempre y cuando la intención principal
sea la "intención correcta" y aquí es donde surge la dificultad, pues
lo que se está argumentando es que los distintos motivos para ir a la guerra
deben ser priorizados. La guerra será justa, siempre y cuando, el principal
motivo sea el de "intención correcta". Pero en la vida real ¿cómo
establecer que esto es así? Si un estado inicia una guerra y tiene varios
motivos, ¿cómo podemos saber que el principal es el adecuado?
-Probabilidad de ÉXITO
Toda guerra, para ser justa, debe tener una probabilidad
real de llevarse acabo con éxito. Esto puede significar obtener la victoria,
pero no tiene porque ser así. Widdows lo expresa así:
El éxito no significa necesariamente obtener la victoria;
puede significar que determinados objetivos son alcanzados, quizás defender
recursos importantes, ciudades o defender la población pueden contar como algo
"justo". O quizás una "derrota" que conduce a mejores
términos en una paz NEGOCIADA para la población podría ser mejor y así más
exitoso que si la ocupación se hubiera producido sin oposición alguna.
-Último recurso
Otro criterio que debe cumplir una guerra para poder
considerarse como justa, es que esta debe ser el último recurso. Primero
deberían haberse agotado todas las otras vías, principalmente las negociaciones
diplomáticas. Aunque el principio parece claro, no está exento de controversia.
¿Cómo saber que en realidad hemos agotado todas las alternativas? ¿Acaso hemos
agotado toda NEGOCIACIÓN posible? ¿No habremos sido demasiado intransigentes en
las negociaciones y hemos provocado el conflicto sin querer?
-Proporcionalidad
Este principio demanda que las consecuencias beneficiosas
de la guera deben superar al daño que esta causa. De aquí es donde se derivan
los principios de jus post bellum. No solo importa porqué se va a la guerra y
cómo se hace esta, sino que a su término debe cumplirse el principio de
proporcionalidad.
Jus in bello
En el caso de que se cumplieran los criterios de la
sección anterior la guerra todavía podría no ser justa, es IMPORTANTE que la
guerra se desarrolle de determinada forma. Que se respeten determinados límites
éticos en el tratamiento de los enemigos, que no se usen determinadas armas o
tácticas de guerra que se consideran no éticas.
-Discriminación
Este principio establece que hay que distinguir entre los
que son objetivos legítimos y los que no lo son. Consiste en diferenciar entre
los combatientes y los no combatientes. Esto es más fácil de decir que de
hacer.
La idea de este principio es PROTEGER a los inocentes. No
se busca que los inocentes no mueran en la guerra. Es un hecho que en toda
guerra gente inocente muere. Lo que hace que la forma de conducir la guerra sea
justa es que no se busque la muerte de inocentes, que la muerte de los mismos
sean limitadas y proporcionales y que la muerte de los mismos nunca es el
objetivo en sí, sino que dichas muertes deben ser no intencionadas e
inevitables.
-Proporcionalidad
Este principio es similar al que se incluye en el jus ad
bellum. Los actos de guerra deben ser apropiados y no excesivos. Una vez más
nos encontramos con la dificultad de llevar este principio a la práctica. ¿Cómo
se puede establecer que los actos de guerra son apropiados? ¿Cómo saber que no
se está usando una violencia excesiva?
En la actualidad hay acuerdos para no UTILIZAR armas de
destrucción masiva, armas químicas, etc. Es un claro ejemplo del principio de
proporcionalidad en acción. Todos(o casi todos) coinciden en que usar ese tipo
de armamento conduce a una excesiva violencia, no para una guerra, sino para
cualquier guerra. Más allá de estos claros ejemplos, puede resultar realmente
difícil establecer la proporcionalidad de los métodos usados.
-Necesidad militar
La tarea o acción que PRETENDE llevarse acabo debe ser
necesariamente militar, es decir, hacerlo por la vía militar es la forma más
eficiente. Este principio puede verse en conflicto con el siguiente punto.
Puede que sea de necesidad militar el destruir una fábrica de armas pero hacerlo
va a conllevar daños colaterales, entre los que se encuentran numerosas bajas
civiles. Para saber si la acción es justa, debemos recurrir a la doctrina del
doble efecto.
-Doctrina del doble efecto
Este principio intenta justificar qué acciones que son necesariamente
militares están permitidas llevarlas acabo, aunque al REALIZARLAS se produzcan
bajas civiles. Por supuesto, la acción en concreto debe cumplir algunos
requisitos para que pueda evocarse la doctrina del doble efecto en su defensa.
Los requisitos según los enumera Widdows son los siguientes:
1- La acción debe ser moralmente buena o indiferente en
sí misma.
2- El efecto pernicioso no debe ser el medio mediante el
cual se PRETENDA alcanzar el buen efecto deseado.
3- La intención debe ser alcanzar el buen efecto. Los
efectos indeseables deben ser efectos colaterales no intencionados, aunque
puedan ser previstos.
4- El buen efecto debe igualar o sobrepasar el mal
efecto.
5- La acción a REALIZAR debe ser el único medio para
poder alcanzar el fin(justificado).
Por ejemplo, supongamos que destruyendo una fábrica de
armas del enemigo podemos poner fin a la guerra. Pero desgraciadamente sabemos
que hay un campamento de civiles cerca y que muchas de las personas que están
en él morirán a causa de nuestra operación militar. En este caso, se puede
invocar la doctrina del doble efecto para ver que la acción puede llevarse
acabo dentro de la teoría de la guerra justa.La doctrina del doble efecto puede
resultar tremendamente incómoda cuando la aplicamos a guerra pasadas que
consideramos justas. Por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial fue buena idea
que los aliados ENTRARAN en guerra para detener y destruir al régimen Nazi.
Pero durante la guerra se realizaron bombardeos de poblaciones civiles como Dresden,
Tokyo e Hirosima, la finalidad de los bombardeos era diezmar la población civil
para precipitar la rendición del bando contrario y poner fin así a la guerra,
pero estas acciones parecen ir directamente en contra del segundo requisito de
la doctrina del doble efecto. Estas acciones son claramente éticamente
cuestionables(5).
Jus post bellum
Por último, se debe tener en cuenta la forma en la que se
gestiona y se lleva acabo la posguerra, asegurándole de que solo se castiga a
los culpables se protege a los inocentes, y en resumen que después de la guerra
se consigue una situación claramente mejor a la que había antes de INICIARLA.
-Proporcionalidad
El acuerdo de paz debe ser razonable y comedido. Si se
usa el acuerdo de paz como un medio para satisfacer sentimientos de venganza,
se estará creando el caldo de cultivo apropiado para otro conflicto armado en
el futuro. Este principio, que reclama la proporcionalidad del acuerdo de paz,
pone sobre la mesa lo cuestionable de la rendición incondicional.
-Defensa y restablecimiento de los derechos
El acuerdo debe restablecer aquellos derechos, cuya
violación desencadenaron la guerra justificadamente. Este principio es la meta
más IMPORTANTE de todo acuerdo de paz, ya que pretende conseguir que la guerra
haya servido para establecer una clara mejora, esto es, restablecer los
derechos que habían sido usurpados o eliminados.
-Discriminación
Es perentorio que se haga una clara distinción entre los
líderes, mandos militares, soldados y la población civil del bando derrotado.
La población civil debería obtener inmunidad respecto a las medidas de castigo
que puedan ser adoptadas después de la guerra.
En la medida que estos principios deberían cumplirse para
considerar que la guerra que se ha EMPRENDIDO y que ahora finaliza es, y ha
sido justa, debería figurar el no imponer medidas que castiguen de forma
directa o indirecta a la población civil, por lo tanto, no parece legítimo a la
luz de este principio, el establecer sanciones socio-económicas de gran alcance
que repercuten en la población civil. Algo que, por otro lado, estamos
acostumbrados a ver. La cuestión es obvia ¿cómo puede ser una guerra justa si
luego se castiga o penaliza a los que no tuvieron responsabilidad sobre el
desencadenamiento de la guerra?
-Castigo #1
Cuando el bando derrotado sea claramente un violador de
derechos fundamentales, se debe establecer un castigo proporcionado. En
partícular los líderes del régimen deberán enfrentarse a juicios
internacionales por crímenes de guerra. De no actuar así, no se estará
intentando establecer justicia sino venganza, satisfacción, etc. lo cual daría
al traste con la concepción de guerra justa.
-Castigo #2
Los casos de soldados que hayan podido cometer crímenes
de guerra, independientemente del bando en el que hayan PARTICIPADO, deberán
ser investigados y sometidos a juicio cuando proceda.
Este principio nos empuja a reflexionar sobre la
dificultad de dónde trazar la línea. Es decir, ¿cuantos casos de crímenes de
guerra debe darse entre las tropas del bando que inicia una guerra justa para
que se esté violando el principio de proporcionalidad de la doctrina jus in
bello?
-Compensación
Este principio incide en lo señalado sobre las sanciones
económicas en el principio de discriminación. Se debe garantizar la restitución
financiera del estado derrotado. Imponer el castigo económico sobre la
población civil vía impuestos u algún otro medio parece estar prohibido por el
principio de discriminación, lo que se debe buscar es que el estado derrotado
pueda contar con los suficientes recursos como para INICIAR su reconstrucción.
-Rehabilitación
La posguerra brinda la OPORTUNIDAD de restaurar y
reformar las instituciones decrépitas y corruptas del régimen anterior. Se debe
buscar una desmilitarización y desarme, el establecimiento de un sistema
judicial, el establecimiento de fuerzas de seguridad del estado, educación en
los derechos humanos, y las transformaciones mínimas necesarias para establecer
una sociedad justa y gobernada por un régimen legítimo.
Este punto puede ser difícil de saber si se está
cumpliendo de forma honesta. Por ejemplo, bajo el mantra de establecer una
sociedad justa y un régimen legítimo, el bando ganador puede acabar
estableciendo o manipulando el proceso para establecer en realidad un régimen
títere del suyo. A priori, puede resultar difícil saber qué es lo que está
sucediendo. ¿Realmente se está intentando establecer una sociedad justa o se
está manipulando para obtener un estado títere y servicial?
_______________________________
La teoría de la guerra justa busca establecer bajo qué
circunstancias la guerra puede ser considerada justa, o dicho de otra forma,
cuando puede ser considerado moral, o al menos no inmoral, ENTRAR en guerra. La
teoría de la guerra justa debería estar en la cabeza de todo gobernante que
ostenta el poder para iniciar una guerra, la finalidad no sería otra que dicho
gobernante pudiera reflexionar sobre si la guerra que pretende iniciar es justa
o no, o qué acciones tendrá que llevar acabo para que la guerra sea en todo
momento justa. La teoría de la guerra justa pone límites a como se hace la
guerra a como se debe proceder en los periodos de posguerra y exige que la
guerra este justificada éticamente, su finalidad es permitir la guerra cuando
esta sea justa y prohibirla en el resto de casos. Para que se pueda considerar
la guerra como justa, entonces, se deben cumplir los tres criterios: jus ad
bellum, jus in bello, jus post bellum, sin excepción. Por ejemplo, si se cuenta
con la razón de que la guerra es justa y esta se desarrollara bajo los
principios de jus in bello todo esto no serviría de nada si en la posguerra no
se cumplen los principios del jus post bellum. En efecto, ¿cómo podríamos
catalogar como justa una guerra que, por ejemplo, en la posguerra TRATA a los inocentes
como si fueran culpables?
Como se ha visto, APLICAR la teoría de la guerra justa no
es precisamente fácil. Puede haber muchos casos en los que nos resulte difícil
establecer si se están cumpliendo los requisitos necesarios para que la guerra
en cuestión, sobre la que estamos reflexionando, pueda entrar en la categoría
de guerra justa. Probablemente estas dificultades a las que se enfrenta la
teoría de la guerra justa nos va a impedir, o nos pone muy difícil, saber si
una guerra es justa, pero al menos sí nos permitirá saber cuando no lo es, lo
cual, no es poco.
Para pensar más:
(1) - El anillo , la flecha y el murciélago
(2) - C. Grayling, Anthony. El poder de las ideas. Claves
para entender el siglo XXI. Ariel. Barcelona. 2010.
(3) - Orend, Brian, "War", The Stanford
Encyclopedia of Philosophy (Fall 2008 Edition), Edward N. Zalta (ed.)
(4) - Widdows, Heather. Global ethics. An
introduction. Acumen. 2011
(5) - C. Grayling, Anthony. Among The Dead Cities: The
History and Moral Legacy of the WWII Bombing of Civilians in Germany and Japan.
Walker
& Company. 2007.
(6)
- JustWarTheory.com
VER:
http://www.superfilosofia.com/2013/09/arrow-y-la-teoria-de-la-guerra-justa.html
Lola
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