Massimo Cacciari. / SAMUEL SÁNCHEZ |
Europa se destruye al marginar la filosofía
De la educación a la religión, el
pensador habla de los temas actuales que le preocupan
Massimo Cacciari, filósofo, terminó metido de lleno en los líos de la
política en uno de los lugares más complicados, la ciudad en la que nació hace
71 años: fue alcalde de Venecia entre 1993 y 2000 y entre 2005 y 2010. Empezó a
finales de los sesenta en Potere Operaio y fue diputado con el Partido
Comunista Italiano. Más adelante estuvo en La Margarita y en el Partido
Democrático. ¿Han cambiado mucho sus ideas? “No lo creo. Sigo mirando las cosas
desde las posiciones de izquierda en las que me formé de joven, y llevo
incorporando desde entonces a esas ideas todas las que puedan enriquecerlas,
vengan de donde vengan; como las de Ernst Jünger, por ejemplo. Pero siempre
sabiendo que los problemas públicos no se gestionan desde los grandes conceptos
sino con soluciones pragmáticas”.
Cacciari ha terminado hace poco un nuevo
libro, Laberinto filosófico, donde explora la relación con el otro
desde los inicios de la filosofía europea, y sigue dando clases en la Facultad
de Filosofía que él mismo fundó en de la universidad privada Vita-Salute San
Raffaele en Milán. Estuvo hace poco en Madrid para dar, invitado por Acciona,
una lección sobre Schönberg en la Sur, escuela fundada por La Fábrica y el
Círculo de Bellas Artes. Durante una larga entrevista fue desgranando algunas
ideas sobre cuestiones que le tocan de cerca.
LA IZQUIERDA NO EXISTE EN ITALIA
“Renzi está absolutamente solo. Y justo
cuando Berlusconi es un político acabado y no se ve que la derecha tenga
futuro. El Partido Democrático, el que lidera Renzi, no tiene figuras
destacadas, y sus cuadros resumen la incapacidad de la actual clase política.
Las iniciativas que ha tenido, como la reforma de la ley electoral o la del
Senado, no terminan de cautivar a su electorado. La izquierda, así, simplemente
no existe. El Movimiento 5 Estrellas podría ganar las elecciones, pero que
llegue a gobernar es por el momento solo una posibilidad. Renzi se ha rodeado
de un círculo de leales, que no representan a nadie. Algunos proceden del viejo
PCI, otros vienen de la segunda o la tercera fila de La Margarita. Son casi
todos toscanos. Es una situación peligrosa. En una democracia importa que el
Gobierno esté compuesto por hombres que tengan peso, que cuenten, que
representen a alguien. Y hay un escenario posible cuando toque votar: con el
sistema electoral que ha querido Renzi, ultramayoritario, el que consiga el 40%
podrá gobernar. Pero si no llega a esa cifra se va al balotaje, donde habrá una
disputa entre Renzi y 5 Estrellas. Ahora mismo, ganaría el Movimiento. Porque
en el norte la Liga los votaría masivamente”.
EUROPA, CAMINO DEL DESASTRE
“La supervivencia del proyecto europeo
pasa por recuperar la esperanza de que ese proyecto tiene sentido. Si no se
construye una Europa con más justicia social y donde la redistribución de la
riqueza sea real, donde los servicios funcionen, donde haya una verdadera
apertura cultural, no hay futuro alguno. Si la única Europa posible es la de la
austeridad y la estabilidad, estamos perdidos. La Unión no se va a ir a pique
por el problema de la inmigración. Lo que ha hecho simplemente la inmigración
es sacar a la luz los terribles déficits del proyecto europeo. No hay una
cultura de la solidaridad, nunca llegaron a definirse políticas en el
Mediterráneo, aunque hace treinta años se intentó en Barcelona de la mano de
Pasqual Maragall. Pero quedó en nada. Si no es posible cambiar la deriva
actual, se va hacia el desastre. Los populismos, el de los Le Pen o el de la
Liga Norte, están jugando un juego muy peligroso. En estas coordenadas, ¿ha
habido algún líder europeo a la altura de las circunstancias? Sí, el único que
ha sabido ver que Europa debe seguir contando en el futuro ha sido Mario Draghi”.
LA NOVEDAD DEL PAPA FRANCISCO
“Ha demostrado tener una gran autoridad
moral y ética, y eso puede tener una influencia política. Y podría ser
positiva. Hay un componente fundamental que no se puede olvidar: es jesuita. Y
lo que hay detrás es una manera de hacer cuyo referente último es Ignacio de
Loyola. Así que se ha enfrentado a grandes reformas y quienes gobiernan hoy en
la Iglesia nada tienen que ver con los que lo hicieron en la época de
Ratzinger. Tiene vocación de influir. Pero dentro de unas perspectivas muy
amplias: a la manera jesuita, poco a poco, lentamente, con mucha paciencia”.
LA FILOSOFÍA, MARGINADA
“Aquella idea de formación como camino a
la excelencia, la paideia de los clásicos, pasa por malas horas. No sólo en
España, y no sólo marginando la filosofía de los planes de estudio. Ya no se
enseña ni latín ni griego y, por lo que se refiere a la literatura, sólo hay
interés por la del país donde se imparte. El de masacrar las humanidades es un
discurso que se ha instalado hace tiempo en Europa. La idea que sostiene este
proyecto es un mito: que el pasado, pasado está; y que por tanto está muerto. Y
eso no es cierto: el pasado siempre es problemático y vive en la memoria
actual, forma parte del proyecto de futuro. Está vivo en la palabra, en la
lengua. Pero hoy es que ni siquiera importa lo que estamos diciendo. Basta ver
los debates en televisión, donde las palabras se tergiversan sin ningún pudor.
Al marginar la filosofía y las humanidades, Europa se está destruyendo a sí
misma. Lo que resulta paradójico es que sea Europa la única empeñada en borrar
sus propias huellas. Ni Estados Unidos, ni China, ni Japón han tomado esa
dirección. En cambio, Europa sí le ha dado la espalda a su legado –al
humanismo, al Renacimiento, al idealismo alemán–-- y entiende que el futuro
pasa solo por el crecimiento del PIB y por adaptarse a las exigencias del
presente inmediato”.
LO PEOR: DESCONOCER EL ISLAM
“El mayor problema es siempre el de la ignorancia.
Cuando Occidente, con Estados Unidos al frente, invadió Irak para derrocar a un
tirano e implantar una democracia no tenía ni la menor idea de quiénes eran los
suníes y los chiíes y carecía de un plan para cuando llegara la paz. En buena
medida, los responsables del surgimiento del Estado Islámico somos nosotros. La
ignorancia del otro, desconocer quiénes eran, cómo se relacionaban, sus
tradiciones y proyectos: eso es lo peor. Y ahora el Estado Islámico nos ha
declarado la guerra. Controla un territorio, tiene recursos económicos. Y en
esa guerra está dispuesto a utilizar todos los instrumentos terroristas que
estén a su disposición. ¿Pero en qué guerra no se ha acudido al terror para
ganarla? ¿Qué nombre puede dársele sino a lo que ocurrió en Hiroshima? La
situación es extremadamente peligrosa porque tenemos al enemigo en casa. Y eso
nos coloca en una situación de impotencia”.
CONVERSACIONES CON FUTURO |
MASSIMO CACCIARI, FILÓSOFO Y EXALCADE DE VENECIA
In EL PAIS, 22 de novembro de 2015
Lola
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